El padre de Oswaldo
Guayasamín era un indígena de ascendencia kichwa y su madre (Dolores Calero)
era mestiza. Su padre (José Miguel Guayasamín) trabajaba como carpintero y, más
tarde, como taxista y camionero. Oswaldo fue el primero de diez hijos.
Infancia
Antes de los ocho años,
hace caricaturas de los maestros y compañeros de la escuela. Todas las semanas
renueva los anuncios de la tienda abierta por su madre. También vende algunos
cuadros hechos sobre trozos de lienzo y cartón, con paisajes y retratos de
estrellas de cine, en la Plaza de la Independencia.
Juventud
En 1932, a pesar de la
oposición de su padre, ingresa a la Escuela de Bellas Artes de Quito. Es la
época de la "guerra de los cuatro días", un levantamiento obrero.
Durante una manifestación, muere su gran amigo Manjarros. Este acontecimiento,
que más tarde inspirara su obra "Los niños muertos", marca su visión
de la gente y de la sociedad.
Continúa sus estudios en la Escuela y en 1941 obtiene el diploma de pintor y escultor, tras haber seguido también estudios de arquitectura.
Continúa sus estudios en la Escuela y en 1941 obtiene el diploma de pintor y escultor, tras haber seguido también estudios de arquitectura.
Primera exposión
En 1942 expone por
primera vez a la edad de 23 años en una sala particular de Quito y provoca un
escándalo. La crítica considera esta muestra como un enfrentamiento con la
exposición oficial de la Escuela de Bellas Artes. Nelson Rockefeller ,
impresionado por la obra, compra varios cuadros y ayuda a Guayasamín en el
futuro. Entre 1942 y 1943 permanece seis meses en EEUU. Con el dinero ganado,
viaja a México, en donde conoce al maestro Orozco, quien acepta a Guayasamín
como asistente.
Amistades de
Osvaldo
También entabla amistad
con Pablo Neruda y un año después viaja por diversos países de América Latina,
entre ellos Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, encontrando en todos
ellos una sociedad indígena oprimida, temática que, desde entonces, aparece siempre
en sus obras. En sus pinturas posteriores figurativas trata temas sociales,
actuó simplificando las formas. Obtuvo en su juventud todos los Premios
Nacionales y fue acreedor, a los 36 años, del Gran Premio en la III Bienal
Hispanoamericana de Arte, que se llevó a cabo en 1955 en Barcelona1 y más tarde
del Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo.
Guayasamín fue amigo
personal de importantes personajes del mundo, y ha retratado a algunos de
ellos, como Fidel Castro y Raúl Castro, François y Danielle Mitterrand, Gabriel
García Márquez, Rigoberta Menchú, el rey Juan Carlos de España, la princesa
Carolina de Mónaco, entre otros.
Triunfos de
Osvaldo
Es elegido presidente
de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en 1971. Sus obras han sido expuestas en
las mejores galerías del mundo: Venezuela, Francia, México, Cuba, Italia,
España, EE. UU., Brasil, Colombia, Unión Soviética, China, entre otros. En 1976
crea la Fundación Guayasamín, en Quito, a la que dona su obra y sus colecciones
de arte, ya que concibe el arte como un patrimonio de los pueblos.
En 1978 es nombrado
miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de España, y un
año después, miembro de honor de la Academia de Artes de Italia.
En 1982 se inaugura en
el Aeropuerto de Barajas un mural de 120 metros pintado por Guayasamín. Ese
gran mural, elaborado con acrílicos y polvo de mármol, está dividido en dos
partes: una de ellas dedicada a España y la otra a Hispanoamérica.
El 28 de octubre de
1992 recibe el título de Doctor Honoris Causa por parte de la Facultad de
Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Sus últimas
exposiciones las inauguró personalmente en el Museo del Palacio de Luxemburgo,
París y en el Museo Palais de Glace en Buenos Aires, en 1995 . Logró exponer en
museos de la totalidad de las capitales de América, y muchos países de Europa,
como en San Petersburgo (Hermitage), Moscú, Praga, Roma, Madrid, Barcelona y
Varsovia.
Realizó unas 48
exposiciones individuales y su producción fue muy fructífera en pinturas de
caballete, murales, esculturas y monumentos. Tiene murales en Quito (Palacios
de Gobierno y Legislativo, Universidad Central, Consejo Provincial); Madrid
(Aeropuerto de Barajas); París (Sede de UNESCO); Sao Paulo (Parlamento
Latinoamericano en el Memorial de América Latina); Caracas (Centro Simón
Bolívar). Entre sus monumentos se destacan "A la Patria Joven"
(Guayaquil, Ecuador); "A La Resistencia" (Rumiñahui) en Quito.
Su obra humanista,
señalada como expresionista, refleja el dolor y la miseria que soporta la mayor
parte de la humanidad y denuncia la violencia que le ha tocado vivir al ser
humano en este monstruoso Siglo XX marcado por las guerras mundiales, las
guerras civiles, los genocidios, los campos de concentración, las dictaduras,
las torturas.
Recibió varias
condecoraciones oficiales y doctorados Honoris Causa de universidades de
América y Europa. En 1992 recibe el premio Eugenio Espejo, máximo galardón
cultural que otorga el gobierno de Ecuador.
A partir de 1995 inició
en Quito su obra más importante, el espacio arquitectónico denominado "La
Capilla del Hombre", a la cuál le dedica todo su esfuerzo. Falleció el 10
de marzo de 1999, en Baltimore (Estados Unidos), aún sin ver finalizado este
proyecto.
Ese mismo año se
reconoció su labor, de forma póstuma, con: el reconocimiento como "Pintor
de Iberoamérica", el Premio Internacional José Martí.
PREMIOS QUE
RECIBIO OSWALDO GUAYASAMIN
En el año de 1941, gana
el segundo premio en el concurso "Mariano Aguilera", con el cuadro
"Páramo".
En 1942, gana el primer
premio en el concurso "Mariano Aguilera", con su obra "Retrato
de mi hermano".
En 1948 obtiene el
primer premio en el Salón Nacional de Acuarelistas y Dibujantes, auspiciado por
la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito.
En 1955, gana el
primero gran premio en la III Bienal Hispanoamericana de Arte, realizada en
Barcelona, con "El ataúd blanco".
En 1957, es premiado
como el mejor pintor de Sudamérica, en la cuarta bienal de Sao Paulo, Brasil.
Recibió un premio
"a toda una vida de trabajo por la paz" de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO.
Obras
Quito Verde
Guayasamín ama a su
país y en especial a su ciudad, por ello la pinta en todos los colores, negro,
rojo, blanco, azul, verde. El primero es el Quito Verde y fue pintado en el año
1948, tiene mucha importancia el conjunto de montañas que rodean o envuelven la
ciudad en especial el Pichincha, que para Guayasamín es como un animal vivo que
cambia de colores si es invierno o verano, si es el amanecer o el medio día o
el atardecer. Sus habitantes viven al ritmo de la coloración de este volcán y
sus calles empinadas que ascienden a los cerros caracterizan a la ciudad
declarada la primera ciudad junto a Cracovia como Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la UNESCO.
Las Manos de
la Protesta
En la Edad de la Ira
una de las colecciones más importantes es la serie de Las Manos y
Dentro de ella, las
manos de la protesta es de vital importancia porque resume la actitud del ser
humano frente a la injusticia del que todo tiene manos insaciables y de la
mayoría de la humanidad que no tiene nada manos del mendigo, luego de pasar por
las manos de la oración, del miedo, etc., a la sociedad marginada injustamente,
lo único que le queda es la protesta.
Hoy Paro
Guayasamín a sus 23 años de edad pinta esta obra
denominada HOY PARO, que constituye una protesta a la brutal represión policial
contra el derecho de los trabajadores contemplado en la Constitución de la
República del Ecuador a declararse en paro ante el incumplimiento de sus
derechos laborales.
Una madre desesperada mantiene en brazos a
su hijo herido mientras otros trabajadores yacen en el suelo heridos o muertos
fruto de esta represión.
Esta obra es de mucha importancia ya que a
partir de ella, Guayasamín, en toda su creación se alineará junto a los
desposeídos de la tierra, junto a los humildes y pobres en cualquier lugar
donde se encuentren. Abrazará la bandera de la paz y la no violencia, de la
urgente nesecidad de encontrar un mundo mejor para la humanidad.
OBRAS
El guitarrista
Osvaldo
Guayasamín en esta obra resume el permanente dolor y sufrimiento de los pueblos
que caminan como nómadas por el mundo.
Ese dolor lo exteriorizan al mundo a través
de su canto lleno de lamento y poder desgarrador.
Este ritmo flamenco se origina en su pecho
y que al salir al medio ambiente que lo rodea va acompañado de tragedia y
dolor. A ello se une la guitarra que es su eterno acompañante.
Junto a los toreros van los gitanos en una
simbiosis de dramatismo y dolor. Guayasamín amante de la tauromaquia los acoge,
los admira y respeta y por ello pinta su realidad en el año de 1977.
Esta obra
pertenece a una etapa de transición entre la serie de la Edad de la Ira y la
serie de La Ternura. Utiliza todos los colores de la paleta que la tenía
ausente durante los últimos 20 años. Su tema ya no es tan duro como la Ira,
parecería que la utilización de los colores azul y rojo vinculados al amarillo
le da al tema vida, esperanza y amor.
Esta
obra contiene interrogantes, no se inclina ni a la alegría ni a la tristeza
aunque surgen de su rostro lágrimas, en su interior hay preocupación de no
saber que pasará en el futuro, que vendrá después pero sin llegar a la
desesperación porque deslumbra cambios o espera cambios en bien de la familia y
de la sociedad.
En el año de su creación 1994 Guayasamín
aspira a que los hombres se den la mano y caminen por un sendero de esperanza,
paz y amor.
Cabeza de
Montaña
Obra
perteneciente a la serie La Edad de la Ira. Esta obra es el fiel reflejo de Los
Andes americanos, tiene el perfil del volcán Pichincha donde a sus pies se
extiende la ciudad de Quito. También tiene el perfil de un hombre caído.
El artista nos convoca a meditar ¿que
pasaría si el volcán hace erupción? Y la respuesta es que la ciudad de Quito
desaparecería por los efectos de la lava.
Y a la vez ¿Qué pasaría si ese hombre que
se encuentra caído producto de la explotación de siglos se levantaría para
reivindicar sus derechos a ser tratado como ser humano y no como en la
actualidad un animal de carga que tiene la obligación de trabajar en beneficio
ajeno? Lo que pasaría es que no quedaría piedra sobre piedra, símbolo de una
sociedad capitalista, inhumana e injusta.
Aunque el cuadro parece un paisaje, este
lleva un profundo mensaje humano y es el reflejo del momento histórico que vive
nuestra América. Esta obra óleo sobre tela la pinta en el año de 1974.
Hojas de Yagruma
1998
Fundación
Guayasamín
Oswaldo
Guayasamín crea, en conjunto con su familia, una institución: la
"Fundación Guayasamín" (por acuerdo Ministerial Nº 4821 del 21 de
julio de 1976), con el objetivo principal de asegurar la preservación de los
bienes culturales y colecciones cedidos por el artista y de velar por su
propósito de beneficio colectivo y carácter popular.
Esta
fundación administra y gestiona las obras donadas por Oswaldo Guayasamín al
patrimonio artístico y cultural del Ecuador y expone sus colecciones de arte
arqueológico 3 colonial 4 y contemporáneo 5, así como la Capilla del Hombre6 .
Existen dos extensiones de la fundación: la Casa Museo Guayasamín de Cáceres -
España y la Casa Museo Guyasamín de La Habana - Cuba.
LA
CAPILLA DEL HOMBRE
El pintor ecuatoriano Oswaldo
Guayasamín quería pintar la tragedia de la humanidad en "La Capilla del
Hombre".
La Capilla del Hombre es un cuerpo arquitectónico de tres pisos en un terreno de alrededor de 2.500 m2. "Quiero pintar en 'La Capilla del Hombre' toda la tragedia que hemos tenido a través de nuestra vida y de nuestra historia en América Latina", había dicho Guayasamín que se reivindicaba como pintor indígena.
La Capilla del Hombre es también un símbolo y además está cargado de ellos. Son 15 mil metros cuadrados de un proyecto, concebido durante 12 años, y que se aspira sea inaugurado el primer día del 2000.
"La capilla del Hombre", tres plantas que desembocan en una cúpula con forma de cono trunco, es un monumento al hombre americano. Al de los pueblos oprimidos en estos 504 años de occidentalización.
En cada una de las distintas salas de la capilla, las épocas y los temas históricos estarán simbolizados por murales: "representarán lo que fue América antes de la llegada de los españoles: sus dioses y símbolos, su cosmogonía, su arquitectura, su música, danzas y vestidos, sus animales y plantas. Otros murales tratarán del descubrimiento, y con mayor énfasis de la conquista, empresa en la que murieron millones de indígenas."
La intención de Oswaldo Guayasamín, en todo caso, no es sólo retratar lo indígena, por eso la Capilla y los murales que contendrá, "también se refieren a los millones de negros que, arrancados de su tierra natal, África, fueron almacenados en 'depósitos de carne de ébano' antes de ser enviados a América."
Y por supuesto, también se referirán a la nueva raza: "los españoles traen al continente una religión, una lengua, unas costumbres nuevas que, al mezclarse con los aborígenes y negros, dan lugar a una simbiosis cultural que corresponde al mestizaje étnico, iniciado el día mismo del primer desembarco."
Un museo vivo
La "Capilla del Hombre" contendrá el museo de arte arqueológico más grande del país: 8 mil 500 piezas; un museo de arte colonial, con 850 obras de diversos autores; otro, de arte contemporáneo, con 250 cuadros y mil dibujos de Guayasamín, más mil obras de artistas contemporáneos de toda América. Todas estas colecciones, están valoradas en más de 30 millones de dólares, y son donaciones del artista ecuatoriano.
Pero, quizás, el aporte más grande de Guayasamín (fuera de la propia Capilla), serán los murales, que cubrirán las paredes de la construcción, los cuales representan la mayor tarea que se ha impuesto el pintor en su larga vida artística, durante la cual ha emprendido en series como "La Edad de la Ira" (250 pinturas), o "La Edad del Llanto" (100 cuadros) y, "Mientras vivo, siempre te recuerdo" (150 obras). Definitivamente, Guayasamín (a diferencia de la mayoría de intelectuales ecuatorianos) no se queda en pequeñas obras. Serán casi 3 mil metros de murales, trabajados sobre planchas de acrílico, y no directamente sobre las paredes de la Capilla, método que ya utilizó en el mural del Congreso Nacional. Al respecto, ha declarado el artista: "Con estos materiales se garantizará una vida de por lo menos 1.200 años para la obra.".(AFP-HOY).
La Capilla del Hombre es un cuerpo arquitectónico de tres pisos en un terreno de alrededor de 2.500 m2. "Quiero pintar en 'La Capilla del Hombre' toda la tragedia que hemos tenido a través de nuestra vida y de nuestra historia en América Latina", había dicho Guayasamín que se reivindicaba como pintor indígena.
La Capilla del Hombre es también un símbolo y además está cargado de ellos. Son 15 mil metros cuadrados de un proyecto, concebido durante 12 años, y que se aspira sea inaugurado el primer día del 2000.
"La capilla del Hombre", tres plantas que desembocan en una cúpula con forma de cono trunco, es un monumento al hombre americano. Al de los pueblos oprimidos en estos 504 años de occidentalización.
En cada una de las distintas salas de la capilla, las épocas y los temas históricos estarán simbolizados por murales: "representarán lo que fue América antes de la llegada de los españoles: sus dioses y símbolos, su cosmogonía, su arquitectura, su música, danzas y vestidos, sus animales y plantas. Otros murales tratarán del descubrimiento, y con mayor énfasis de la conquista, empresa en la que murieron millones de indígenas."
La intención de Oswaldo Guayasamín, en todo caso, no es sólo retratar lo indígena, por eso la Capilla y los murales que contendrá, "también se refieren a los millones de negros que, arrancados de su tierra natal, África, fueron almacenados en 'depósitos de carne de ébano' antes de ser enviados a América."
Y por supuesto, también se referirán a la nueva raza: "los españoles traen al continente una religión, una lengua, unas costumbres nuevas que, al mezclarse con los aborígenes y negros, dan lugar a una simbiosis cultural que corresponde al mestizaje étnico, iniciado el día mismo del primer desembarco."
Un museo vivo
La "Capilla del Hombre" contendrá el museo de arte arqueológico más grande del país: 8 mil 500 piezas; un museo de arte colonial, con 850 obras de diversos autores; otro, de arte contemporáneo, con 250 cuadros y mil dibujos de Guayasamín, más mil obras de artistas contemporáneos de toda América. Todas estas colecciones, están valoradas en más de 30 millones de dólares, y son donaciones del artista ecuatoriano.
Pero, quizás, el aporte más grande de Guayasamín (fuera de la propia Capilla), serán los murales, que cubrirán las paredes de la construcción, los cuales representan la mayor tarea que se ha impuesto el pintor en su larga vida artística, durante la cual ha emprendido en series como "La Edad de la Ira" (250 pinturas), o "La Edad del Llanto" (100 cuadros) y, "Mientras vivo, siempre te recuerdo" (150 obras). Definitivamente, Guayasamín (a diferencia de la mayoría de intelectuales ecuatorianos) no se queda en pequeñas obras. Serán casi 3 mil metros de murales, trabajados sobre planchas de acrílico, y no directamente sobre las paredes de la Capilla, método que ya utilizó en el mural del Congreso Nacional. Al respecto, ha declarado el artista: "Con estos materiales se garantizará una vida de por lo menos 1.200 años para la obra.".(AFP-HOY).
La construcción de la capilla fue el motivo
alrededor del cual se congregan los más de 90 músicos, que participaron en el
festival "Todas las voces, todas", que se realizó en Quito (1996)
como estrategia de financiamiento.
Al festival acudieron artistas
amigos del Maestro sin cobrar un centavo.
Entre otros se presentaron: Piero, Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina,
César Isella, Víctor Heredia, Mercedes Sosa, Fito Páez, Alberto Plaza, León Gieco,
Alberto Cortez, Patricia González, Manuel Criollo, Isabel, Angel y Tital Parra,
los grupos Intillimani, Pueblo Nuevo, Tercer Mundo y Fortaleza.
Entre otros se presentaron: Piero, Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina,
César Isella, Víctor Heredia, Mercedes Sosa, Fito Páez, Alberto Plaza, León Gieco,
Alberto Cortez, Patricia González, Manuel Criollo, Isabel, Angel y Tital Parra,
los grupos Intillimani, Pueblo Nuevo, Tercer Mundo y Fortaleza.
EL ADIOS A UN GRAN PINTOR ESCULTOR Y HOMBRE
Oswaldo Guayasamín dedicó toda su vida a la
pintura, escultura y la lucha contra las injusticias de la vida. Su muerte el
10 de marzo, un día de huelgas nacionales de indígenas (a quien dedicó su vida
a apoyar) y otros sectores de la sociedad, fue una gran pérdida para Ecuador.
Fue uno de los tesoros nacionales de América Latina. Su labor humanista,
marcado como expresionista, refleja el dolor y la miseria que la mayor parte de
la humanidad ha sufrido, y denuncia la violencia que todo ser humano ha tenido
que vivir en este pasado monstruoso siglo XX marcado por guerras mundiales,
guerras civiles, genocidio, campos de concentración, dictaduras y torturas. El
estaba trabajando en la parte superior de “La Capilla del Hombre” cuando murió.
FUENTE TEXTO: www.wikipedia.org(enciclopedia
libre) Y NOTICIAS EL DIARIO HOY
FUENTE IMAGEN: http://www.hoy.com.ec/especial/maestro/gale04.htm